No. 11
Vaciarse para recibir.
En este mundo que nos enseña a buscar constantemente la plenitud, llenándonos de conocimientos, experiencias y relaciones, existe un secreto profundo y transformador: el vacío. ¿Qué pasaría si te dijera que el verdadero poder reside no en lo que acumulamos, sino en lo que dejamos ir? ¿Qué sucedería si, en lugar de llenarnos, nos permitimos vaciarnos?
El vacío es el espacio para el potencial ilimitado.
El vacío, a menudo temido y malentendido, es en realidad el lienzo en blanco de nuestras vidas. Es el espacio donde la magia del potencial se despliega, donde todo es posible. Nos han enseñado a temerlo, a llenarlo rápidamente con cualquier cosa que nos haga sentir completos. Pero, ¿y si el verdadero camino hacia nuestra grandeza estuviera en la valentía de vaciarnos?
Vaciarse no significa perderse; significa encontrarse en lo esencial. Es un acto psico mágico de poner en palabras lo que habita en nuestro interior, permitiendo que todo comience a circular. Cuando nombramos aquello que llevamos muy profundo dentro de nosotras, le damos forma, lo comprendemos y, finalmente, lo liberamos.
Al nombrar lo innombrable, lo transformamos de amenaza a potencia.
Es como un río que ha estado bloqueado por escombros; al quitar esos obstáculos, el agua fluye libremente, revitalizando todo a su paso. De igual manera, cuando nos desprendemos de lo que vemos y sentimos, cuando dejamos ir las cargas emocionales y mentales, creamos espacio para nuevas corrientes de energía, creatividad y oportunidades.
El vacío nos enseña a soltar las expectativas, las creencias limitantes, y los miedos que nos mantienen estancadas. Nos permite ver el mundo no como algo separado de nosotras, sino como una extensión de nuestro ser. En este estado de conexión y flujo, encontramos la verdadera libertad y expansión.
Para abrazar el poder del vacío, es necesario crear un ritual personal de vaciado. Encuentra un lugar tranquilo, cierra los ojos y respira profundamente. Permítete sentir todo lo que llevas dentro sin juicio. Luego, comienza a poner en palabras esos sentimientos y pensamientos, como si estuvieras vaciando un cántaro lleno de agua estancada.
La libertad comienza cuando dejamos de aferrarnos.
Este acto de nombrar y liberar no solo limpia tu mente y tu corazón, sino que también abre un portal a nuevas posibilidades. Es como abrir las ventanas de una habitación oscura para dejar entrar la luz del sol. Te sentirás más ligera, más clara y más conectada con tu verdadero ser.
El vacío no es un estado de carencia, sino de preparación. Es el momento de quietud antes de la acción, el espacio de reflexión antes de la creación. En este vacío, encontramos la esencia de quienes somos y el potencial ilimitado de lo que podemos llegar a ser.
Te invito a abrazar el vacío como el espacio para tu potencial ilimitado. Despréndete de lo que ya no necesitas, permite que tus pensamientos y sentimientos fluyan, y habilita espacios para lo nuevo. Recuerda que no estás sola en este proceso; todas estamos en el mismo viaje hacia nuestra esencia más pura y poderosa.
El vacío es tu aliado, tu amigo, y tu maestro. A través de él, descubrirás la verdadera libertad y expansión. Hoy, te invito a vaciarte, a liberarte, y a permitir que tu verdadera luz brille con todo su esplendor.
¿Listo para el Próximo Paso?
¡Tracemos una ruta de trabajo juntos y hagamos que las cosas sucedan!
*Los contenidos de Nati Paerez Coach se redactan solo para fines informativos y educativos. No sustituyen el diagnóstico, el consejo o el tratamiento de un profesional. Ante cualquier duda, es recomendable la consulta con un especialista de confianza.
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